Hoteles en Dijon

Con sus callejuelas empedradas, sus tejados de tejas vidriadas y su gusto por las cosas buenas, Dijon es una de esas ciudades que no se olvidan. Uno viene por la historia, se queda por el ambiente. Y para disfrutar plenamente de su estancia, nada mejor que un hotel Logis Hôtels, una acogida cálida, cocina local y un verdadero confort a escala humana.

¿Dónde alojarse en Dijon? ¡Nuestros hoteles con mucho carácter!

Encontrar un hotel en Dijon es fácil. ¿Pero encontrar uno donde uno se sienta bien, como en casa? Ahí es donde Logis Hôtels marca la diferencia.

Logis Hôtels

Aquí no hay cadenas impersonales. Cada establecimiento tiene su propio carácter, un ambiente acogedor, una mesa donde la cocina regional es la protagonista, una acogida que nunca suena falsa.

Muy cerca de Dijon, los Logis Hôtels le ofrecen un entorno tranquilo, ideal para explorar la ciudad mientras disfruta de la calma al final del día.

Son lugares donde uno se toma su tiempo. Tiempo para saborear un plato cocinado a fuego lento, charlar con su anfitrión o simplemente relajarse en una habitación confortable, lejos del bullicio urbano.

Dijon, lo que no hay que perderse

Dijon no es solo una bonita postal. Es una ciudad que combina historia, cultura y dulzura de vivir, sin caer nunca en el cliché estático. Aquí, las piedras antiguas cuentan siglos de historia, pero la ciudad sigue muy viva.

Para empezar, es imposible perderse el Parcours de la Chouette. Este recorrido peatonal, señalado en el suelo por una pequeña lechuza dorada, le guía por los rincones más bonitos del centro, casas con entramado de madera, palacetes, iglesias góticas… Se descubre Dijon paso a paso, sin prisas, y uno se sorprende mirando hacia arriba más a menudo de lo habitual.

¿Quiere sentir el pulso de la ciudad? Vaya hacia Les Halles, diseñadas por el mismo Gustave Eiffel. Por la mañana, es todo un espectáculo, los puestos coloridos, los olores de quesos curados, las especialidades de Borgoña que uno se comería ahí mismo… Y a veces, un chef local cocina en directo.

Los amantes del arte también estarán encantados, el museo de Bellas Artes, instalado en el antiguo palacio de los Duques, alberga una colección impresionante, desde arte medieval hasta arte contemporáneo. Incluso si no es aficionado a la pintura, el lugar merece una visita solo por su arquitectura.

Y por supuesto, están los sabores. Dijon es mostaza, sí, pero no solo eso. Se puede probar el pan de especias tradicional, el cassis en todas sus formas y los platos generosos de Borgoña. No dude en cruzar la puerta de un restaurante típico Logis Hôtels o de un bistrot del barrio, las buenas sorpresas son frecuentes.

Por último, para salir un poco de la ciudad sin perder el ambiente, recorra la Ruta de los Grands Crus. En bicicleta o en coche, le lleva por los famosos viñedos de Borgoña, entre viñas a pérdida de vista y pueblos con encanto como Gevrey-Chambertin o Nuits-Saint-Georges, un soplo de aire puro y algunas degustaciones inolvidables.