Hoteles en Chartres

A menos de una hora de París, Chartres ofrece un paréntesis sorprendentemente tranquilo y lleno de encanto. Entre su catedral monumental, sus callejuelas medievales, sus jardines y sus tranquilas orillas, la ciudad se presta tanto a una escapada cultural como a una estancia apacible, lejos del bullicio.

Para disfrutar plenamente de su visita a la región, elija un Logis Hôtel: un alojamiento acogedor, a escala humana, fiel al espíritu de hospitalidad y cercanía que constituye la fuerza de la marca.

¿Dónde alojarse en Chartres para vivir una experiencia auténtica?

Si busca un hotel en el que se sienta bien desde su llegada, donde cada detalle esté pensado para el confort, los Logis Hôtels de Chartres sabrán seducirle.

Logis Hôtels

Los Logis Hôtels en Chartres encarnan una cierta idea de la hospitalidad: una acogida atenta, lugares a menudo gestionados por apasionados, y un sincero compromiso con la calidad del servicio.

Aquí, nada de estandarización, cada hotel tiene su carácter, pero todos comparten el gusto por el buen recibimiento. Se encuentra un ambiente acogedor, una cocina que realza los productos del terruño y habitaciones confortables, pensadas para ofrecer una verdadera pausa.

Es el tipo de lugar donde se toman el tiempo de saludarle, de aconsejarle un paseo o una buena mesa.

¿Qué hacer durante su estancia en Chartres?

¿Es su primera vez en Chartres? Comience con un paseo por el centro histórico: casas con entramado de madera, pequeñas plazas escondidas, tiendas antiguas… Es un verdadero placer perderse por allí.

Imposible perderse la catedral de Notre-Dame, clasificada por la UNESCO. Con sus vidrieras notables y su arquitectura gótica estilizada, domina la ciudad y sigue siendo impresionante, incluso para quienes ya la han visto. En el interior, tómese el tiempo de observar los detalles del coro o de caminar sobre el laberinto.

Después, baje hacia las orillas del Eure. Un lugar tranquilo, propicio para los paseos y los pequeños desvíos que suelen dejar los mejores recuerdos.

Los aficionados a los lugares insólitos apreciarán la Maison Picassiette, cubierta de coloridos mosaicos, y los curiosos del arte podrán visitar el museo de Bellas Artes, justo al lado de la catedral.

Y si está allí entre abril y octubre, no se vaya sin haber visto Chartres en Lumières. Al caer la noche, varios monumentos de la ciudad se animan gracias a proyecciones artísticas. Es gratuito, accesible a pie y, a menudo, mágico.

Chartres es una ciudad que se descubre lentamente, caminando, mirando, conversando. Nada apremia allí, pero todo merece un poco de atención.